La visualización, como medio de cambio, está con nosotros desde hace siglos. Es una fórmula de acción que nos permite usar nuestra imaginación para poder cambiar nuestra programación interna. Las únicas herramientas que necesitamos para una visualización efectiva son: un objetivo, una hoja de papel, un lápiz o bolígrafo y un lugar tranquilo donde realizar la visualización. Los métodos de visualización son muy variados, pero en general, similares en el modo de funcionamiento. El método que yo propongo es sencillo, efectivo y simple.
En primer lugar, el objetivo. Para una visualización efectiva, necesitamos un objetivo que sea lo bastante interesante como para poner en movimiento toda la maquinaria interna de nuestro ser. ¿Funcionaría con un objetivo menor? Pues también, pero lo podemos incluir como parte de un objetivo más importante. Seguro que tu creatividad te permite encontrar la fórmula. El objetivo debe ser claro. Tener una idea vaga no sirve. Así, radical. Nuestras pautas mentales no entienden algo difuso, así que dispersamos la energía mental que necesitamos en la visualización, en lugar de focalizarla hacia algo concreto. Bien, una vez concretado el objetivo, pasamos a la siguiente fase.
Desde hace tiempo, utilizo un método que, a mí, me da un resultado estupendo. Tomamos la hoja de papel. Tomamos el bolígrafo. Tomamos el objetivo. Tomamos aire. Y escribimos un minicuento en la hoja de papel. En una sola cara. Si tenemos el objetivo claro, será más fácil. Si no somos capaces de hacerlo así, reformulamos el objetivo. Más claridad, menos explicaciones. Muy bien, ya tenemos nuestro minicuento. Antes de iniciar el trabajo de visualización, leemos varias veces el cuentecito. Y con varias veces no quiero indicar todas seguidas. Lo podemos llevar a mano y leerlo en voz alta en casa, o en un atasco, o mentalmente en el metro o el autobús. Todo un par de días antes. Esto tiene dos efectos. Nuestro subconsciente empieza a elaborar canales de activación, por un lado. Por otro, si hay algo que “chirría”, nos daremos cuenta y lo podremos arreglar antes de meternos en materia.
Chas