El otro día vi a una mujer sentada en la playa, mirando el mar, simplemente. Pasé por su lado en uno de mis paseos y, al volver, todavía seguía allí. Estaba sola y parecía tranquila. Su expresión era de paz. Me llamó tanto la atención, que me acerqué a hablar con ella. Eso me hizo reflexionar y me dio la idea para este artículo.
Una mujer en la soledad, sentada serenamente mirando al mar, en este mundo súper-conectado. Nunca ha sido más importante crear ese espacio de soledad para nosotros mismos. Estar a solas con nosotros mismos es esencial para encontrar la felicidad y la alegría, para encontrarnos con el mejor amigo que tenemos, el único que siempre está ahí, porque cuando estamos solos, no hay nada que nos distraiga de nuestro propio ser, y muchos de nosotros descubrimos cosas nuevas, y nos reencontramos con nuestro verdadero yo.
Hay muchas personas en nuestra vida, y todas necesitan algo de nosotros, especialmente aquellos a los que amamos, puede ser una sonrisa, reconocimiento, tiempo para escucharles o para ayudar en alguna tarea o cualquier otra cosa, y nosotros a veces, también necesitamos darnos tiempo, porque cuando estamos solos podemos dejar de lado nuestras convenciones y roles sociales y ser, plenamente, nosotros mismos. Y es en soledad cuando podemos ver lo que realmente necesitamos y aprender cómo cuidar de nosotros mismos, recuperando la intimidad con nosotros mismos.
He llegado a apreciar la soledad, de una manera que no creí que fuera posible. Debido a que no se nos enseña cómo estar solos, para muchos de nosotros estar solos es igual a estar aislados, a estar fuera de la sociedad, de la familia o alejado de todo y de todos. Vamos de nuestras casas, a la escuela, al trabajo y estamos centrados de atender nuestra propia familia, los amigos, los compañeros de trabajo, y todo esto no nos permite una experiencia muy positiva de la soledad, la verdad. Así pues, nos han enseñado que la soledad es mala, y que hay que ser sociables, estar con más personas… Así que resulta más fácil pensar que la soledad es dolorosa, y en su lugar llenamos nuestras vidas con actividades, compromisos y tratamos de mantenernos ocupados sin tiempo para nosotros.
Existe una gran diferencia entre aislamiento y soledad. El aislamiento es sentirnos solos, desconectados de los demás, y con frecuencia, de forma no deseada, es algo que nos sucede, y nos disminuye de alguna manera. Pero, como sabes, podemos sentirnos solos, incluso cuando estamos rodeados de una multitud. Aunque no todos tengamos conciencia de ello, la sociedad favorece la interdependencia con los demás. Ocurre que, en determinados momentos, deberíamos ser capaces de tener plena autonomía. Y no lo estamos.
La soledad es una opción, una elección personal, y te hace sentir poderoso. Cuando elegimos estar solos, en lugar de sentirnos desconectados de los demás nos podemos centrar en la conexión con nosotros mismos, en la relación que tenemos con nuestro ser, en la intimidad de nuestros pensamientos. La soledad tiene poder por sí misma, cuando la elegimos, elegimos nuestra fortaleza, una manera diferente de sentir.
Todos los días doy un paseo, es una elección sana. Pero no solamente lo hago por cuestiones de ejercicio. También hay una elección de soledad, es un momento para reflexionar, o doy un paseo consciente. También hay veces que, simplemente, me siento a ver pasar a la gente por la calle. De hecho, todavía hoy en día voy a la Estación del Norte, como cuando era muy joven, a sentarme un rato y ver el trasiego de gente. Y a analizar qué estoy sintiendo, que estoy pensando. Otras veces me acerco a la playa o me voy al campo, un rato, solo a estar sentado un rato, conmigo mismo, a darme el tiempo que necesito para apreciarme y apreciar más a otras personas que están en mi vida, y a apreciar la enseñanza de aquellas personas que, por una u otra razón, ya no están en ella.
Hay algunos beneficios de la soledad que he experimentado personalmente, y que me gustaría compartir contigo. Estando en soledad ganamos muchas cosas, por ejemplo:
Autoconocimiento. La soledad crea un espacio donde observar lo que está pasando contigo, para saber lo que es importante para ti, lo que sueñas y lo que amas de verdad. Crear la soledad a tu elección, te ayuda a encontrar tu voz, y descubrir lo que realmente eres.
«La soledad es el núcleo de todo auto-conocimiento, ya que cuando estamos solos aprendemos a distinguir entre lo verdadero y lo falso, lo trivial y lo importante.» Anónimo.
Mejorar la creatividad. En la soledad la inspiración es mayor, y las ideas brotarán mejor de tu imaginación y burbujearán hasta la superficie de la conciencia, una vez que el remolino de tu vida, normalmente ocupado, se serene y retroceda a tu alrededor, dejando un espacio más limpio para jugar con tu mente de forma más libre, sin necesidad de ocuparla en lo que los demás necesitan de ti.
Complacerte total y absolutamente. Deja ir lo que otros opinen, piensen o sientan acerca de lo que estás haciendo. No te preocupes por si alguien más lo disfrutará, o si es estúpido, o sin sentido, o aburrido, o molesto. Haz lo que quieras. Esta es una alegría imposible de experimentar cuando estás rodeado de gente y tienes que cumplir las expectativas y las convenciones sociales. Simplemente, sé feliz.
Ayuda a eliminar la tensión. Deja ir todas las complicaciones de la vida, dejar ir la necesidad de los otros, y déjate llevar por la belleza del momento presente y, sobre todo, por tu propio ser. Descansa a través de la conciencia de Ser en este instante, de estar plenamente presente. Estar solo, por elección, te relaja y te permite descansar neurológicamente.
“El momento presente es lo único momento que tienes. Nunca hay un momento en tu Vida que no sea Este Momento.” Eckhart Tolle.
Te aporta claridad. La soledad te da el espacio y la privacidad, para analizar los problemas de la vida, los procesos y emociones complicadas. Puedes revisar y liberar tus emociones de forma íntima, y que te permite seguir adelante con tu vida. Puedes hacer esto con tus seres queridos y sentirte apoyado, pero cuando estás solo, puedes afrontar la totalidad de algo, puedes dejar llorar a tu corazón si lo necesitas, sin cargar a otros con preocupaciones, y no conservar nada, limpiándote por dentro y volviendo con más poder a tu vida diaria.
Para enfrentar tus sombras. Para callar tu sombra, matar a tus monstruos y aprender a amarte a ti mismo. La soledad te da el espacio que necesitas para reunir fuerzas, conocer a tu sombra, y matar tus monstruos (también conocidos como crítico interno, virus mentales, etc.)
“No puedes estar solo si no te gusta la persona con la que estás.” Wayne Dyer
Descubrir la gratitud. El agradecimiento. Para apreciar las cosas pequeñas. Al permitir que el polvo se asiente, ves esas pequeñas cosas por las que todos tenemos que estar agradecidos. Es mucho más fácil de apreciar la vida en todo su esplendor cuando damos espacio, y tomamos distancia de las personas que nos rodean, y nuestra vida cotidiana. También apreciamos a los demás de una manera diferente, dándonos cuenta de aquellas personas que nos ayudan en el día a día. Agradecernos a nosotros mismos lo que nos damos, lo que nos regalamos, como parte de nuestra rutina, también nos enseña nuevos caminos para apreciarnos.
Un momento para encontrar respuestas. En la soledad encuentras repuestas que necesitas, a problemas de la vida, a dificultades, a relaciones… La soledad te da el espacio para darte cuenta de lo que eres y lo que no funciona para ti en la vida. Estar solo es cuando puedes dejar que el barro se pose en el fondo y deje el agua limpia. Eso te permite obtener suficiente distancia y claridad para ver la verdad de las cosas y descubrir nuevas opciones.
«Para de entender el mundo, hay que alejarse de él en alguna ocasión.» Albert Camus
Crea confianza. El simple hecho de estar a solas es increíblemente poderoso. Estás diciendo «porque yo lo valgo». Estamos honrando literalmente tu Yo, potenciando la base de la autoestima, además de reforzar tu propio autoconcepto y empoderarte. Es algo que se destila desde los puntos que te he contado antes, hasta llegar a cristalizar en una especie de confianza serena.
“La soledad es como una amiga con mala fama, pero que nos asombra cuando nos permitimos conocerla de cerca.” Shu Tuttare
Y como recapitulación, imagina la soledad como una laboratorio de alquimista, un lugar donde te dejas reposar, donde aprendes, hasta que obtienes el regalo de tu propia sabiduría interna. Creando una obra única y especial, totalmente a tu gusto. Y en ese lugar podrás crear todas las obras que desees, y elegir la que más te guste. Todos tenemos todas las respuestas que necesitamos dentro de nosotros, sin embargo, necesitamos de la soledad para discernir la verdad del mundo, conectar con nuestro verdadero ser y encontrar nuestra guía interior.