Escribir un libro sobre un tema que conoces, con esmero y cariño es una poderosa estrategia de marca y una base para mostrar qué puedes aportar a los demás. Sin embargo, si solo buscas eso, estás equivocado y, la verdad, es que no te sirve de nada.
Y parece que ahora todo lo hace la Inteligencia Artificial y da igual si sabes de que va el libro que has “escrito”. Solo piensas en que, con la IA, escribir un libro es fácil e impresionará a las personas que conozcas y a tus posibles clientes.
Después de leer sobre cómo hay una gran proliferación de publicaciones casi iguales sobre los temas de nicho, pensé por un momento en tirar la toalla y dejar de lado escribir otro libro más que, al fin y al cabo, me iba a dar más trabajo, me iba a llevar a revisar muchas de las fuentes y referencias durante meses para crear una obra digna, cuanto menos.
Sospecho que esta nueva moda de hacer las cosas con IA, es debido a las personas que escriben libros «fáciles» para «ayudar» a las personas del “nicho” a las que dirigen sus esfuerzos, aunque los “escritores” no tengan idea clara de que va el tema que tratan. Eso hace que, cada vez, haber escrito un libro impresione a menos personas, porque ya empieza a ser algo que se percibe como automático y no se valora el trabajo que hay detrás de un libro escrito a “la antigua”. (Ojo, que no digo con esto hacerlo con una máquina de escribir…)
Me encantan los libros. Han sido un referente en mi vida desde que era pequeño. De niño tengo el recuerdo de estar en el salón de casa con mi madre enseñándome a leer con libros ilustrados. Y después ya fue una especie de vicio. Los libros albergan a algunos de mis mejores sueños, me recuerdan algunas de mis razones favoritas para disfrutar de la vida, me enseñan de todo, desde cómo hacer una tarta de queso hasta cómo conseguir mantener mi equilibrio interior al enfrentarme a una crisis. Los libros fluyen por paredes enteras en mi casa, llenando estanterías que me dan una sensación de confort interior.
He escrito ya algunos libros de no ficción, especialmente para gestionar la ansiedad y habar en público. Y también he empezado a hacer pinitos en la narrativa con un par de cuentos cortos de humor. Y ahora estoy acabando otro sobre resiliencia y estructurando mi primera novela. Pienso que crear un libro es muy parecido a dar a luz a una criatura, y uno se siente como padre de esa creación. Quiero más a mis criaturas de carne y hueso, claro. Sin embargo, esa sensación cuando acabas el libro y lo lanzas al mundo es especial.
Y hay que decir que no es fácil. Y, de todos modos, en mi círculo hay gente que ha escrito libros geniales, novelas especialmente, o está escribiendo un libro, o quiere escribir un libro, que haber escrito un libro te lleva a mejorar en tu siguiente obra, a ser más como escritor.
Otro tema es el esfuerzo comercial y de promoción. Eso tocará para una próxima reflexión. Pienso que todos tenemos un libro dentro esperando a salir, y puedo asegurarte personalmente que un libro es una de las mejores cosas que puedes crear para ayudarte a ti mismo a conocerte mejor, a comprenderte mejor y, también, a crecer conociendo dónde estaban tus límites antes y lo que llega a ampliarlos después.
Si sientes que es hora de dejar salir ese libro que llevas dentro de ti y escribirlo tú, no una IA sin alma y sin emociones, aquí te dejo algunas reflexiones para que las explores. Y, si después quieres dar el paso, pero piensas que necesitas una ayudita, reserva una entrevista y hablemos.
1. No es una tarea fácil.
Esto es normal. Si lo piensas, muy pocas cosas de la vida que valgan la pena son fáciles. Tampoco tiene por qué ser difícil. Lo que es, es trabajo, es empeño, es dedicación. Es compromiso. Puedes tratar ese trabajo como una tarea aburrida y dejarte llevar por el temor a ver una página en blanco, o puedes tratarlo como un medio para lograr un fin y, simplemente tratar de superarlo, o también puedes zambullirte en hacer tu trabajo y saber que es lo que deseas hacer. Te garantizo que lo que aprendas lo podrás aplicar a muchas otras áreas de tu vida.
2. Son las ideas, no las palabras.
Es fácil escribir un libro fácil. Entra en cualquier IA, dale el tema que quieres y que te lo haga ella, te lo hará todo, hasta la portada. También está la forma fácil de hacerlo sin IA. Simplemente recopila un montón de ideas de otras personas, empaquétalas siguiendo una serie de clichés y tópicos del nicho al que te diriges. Después, contrata a alguien en una plataforma para diseñar la portada del libro con tu nombre. Y listos. Parece fácil, ¿verdad? Es muy probable que alguien quede impresionado cuando utilices ese libro como fórmula de entrada para hacer crecer tu círculo de contactos.
Pero si tú no estás en el libro, si no lo has “currado”, es posible que ni tan siquiera pasen de los primeros párrafos, porque huelen a IA o son clichés ya muy vistos.
Sin embargo, si estás dispuesto a trabajar para recopilar tus ideas originales, tu forma de ver el mundo o exponer tu experiencia vital para compartirla, incluso si no tienes las palabras que te gustarían, o no las ves fluidas y perfectas, no te preocupes, es lo normal al menos en el primer borrador. Si te comprometes, no sólo impresionarás a las personas que lean tu libro, causarás una impresión que invita al cambio permanente. Y ese tipo de impacto es lo que está detrás de tu intención.
3. Es el camino recorrido, no la línea de meta.
Es posible que a alguna gente le de igual el hecho de que hayas escrito un libro. Pero el proceso de escribir un libro, si estás dispuesto a hacer el trabajo real, te hará más creíble, más natural y más elocuente sobre aquello que has decidido compartir de lo que jamás imaginaste que podrías ser. Abrirás nuevas puertas en tu mente, aprenderás a acceder a nuevos niveles de pensamiento, nuevas formas de hablar y de expresar tus ideas, y eso es algo que te hará crecer y te permitirá inspirar a las personas, incluso si jamás llegan a saber nada del libro que has escrito.
4. No se parecerá para nada a lo que pensabas que sería.
Si estás dispuesto a tomarte las cosas con calma y escribir para generar impacto, en lugar de impresionar a la gente, es probable que su libro sea mucho más de lo que podrías imaginar. Cuando escribí Sonríe, Respira y Habla con Calma, estaba aportando años de entrenamiento y consultoría con clientes, compañeros y alumnos en algo que podía tener en mis manos y ayudar a otros a superar un problema que yo conocía muy bien. Mi objetivo era compartir mi proceso para lo que yo llamo cambiarte la cabeza, y eliminar las creencias que te limitan a la hora de comunicarte, ya sea al hablar en público o en otras situaciones sociales.
Y el libro lo escribí para poner en claro mi proceso. Para mejorar mi propia estructura de gestión. La que a mí me ha ayudado. Si hubiera intentado escribir para una audiencia, para un “avatar” ideal, estoy seguro de que habría fracasado. Pero como estaba escribiendo lo que sabía, lo que creía con todo mi ser y lo que había usado miles de veces para ayudarme a mí y a otros a alcanzar sus metas, ese libro encontró vida y dirección propias.
5. Tu libro es una expresión de ti o no es nada.
Se dice que no hay que juzgar un libro por su portada. Dicen que la portada de un libro elegante con tu nombre en letras grandes es como un traje de lujo. Así que, si, podría dar una buena primera impresión, pero si detrás no hay nada que tenga el valor de tu propia experiencia, de tus vivencias o de tu interpretación y forma de aplicación de aquello que has aprendido, no generará emoción, ni invitará al cambio o el disfrute de la lectura.
Tienes que hacer el trabajo de traer tu experiencia, tus lecciones, tus aprendizajes y tus verdades al mundo, tu libro puede hacer mucho más por ti que ser una forma de impresionar a las personas que conoces o que se cruzan en tu camino.
En definitiva, tu libro tiene que ser un proceso de crecimiento personal y conexión con lo mejor de ti.
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