¿Qué preguntarse cuando todo va mal?
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Cuando todo va mal, parece que hay acumulación de complicaciones. Tengo un buen amigo que ha sido siempre muy inquieto, y que durante varios años ha ido generando varias empresas de éxito. Sin embargo, hace un tiempo se complicó todo en cuestión de pocas semanas. Tuvo una discusión importante con su socio y se separaron, su hijo tuvo un problema grave de salud y una de sus principales clientes se fue a la competencia.
Durante ese periodo, todo lo que podría salir mal parecía ir mal.
Todos hemos pasado por circunstancias parecidas, y seguro que tu has tenido circunstancias similares en un momento u otro. Y, es muy probable que hayas experimentado los mismos sentimientos de inquietud, confusión y pérdida de confianza, o también miedo por lo que te depara el futuro.
Su situación me hizo pensar en por qué le suceden eventos negativos a personas realmente buenas.
Esto me hizo reflexionar y se me ocurrieron varias peguntas. ¿Cuál es el valor de lo negativo en el crecimiento vital? ¿Cómo puede un desafío ayudarte a vivir mejor tu misión vital? ¿Cuál es la mejor fórmula para reflexionar, y aprender de lo que nos sucede?
Al plantearme esas preguntas, empecé a pensar sobre un libro que leí hace ya tiempo, donde cuantificaba cual era la tasa óptima de desarrollo personal. Y se me ocurrió que lo más importante, para mi, es encontrar un equilibrio en esas situaciones. Algunas personas intentan forzar el «éxito» (como lo define la sociedad) trabajando un montón de horas, centrándose en la creación de riqueza o invirtiendo demasiado tiempo en relaciones sin valor añadido. Estas actividades, y algunas más, pueden generar un desajuste entre la versión más auténtica de ti, y lo que sientes que necesitas ser para ser aceptado por una sociedad con prioridades radicalmente diferentes. Y de ahí nace el desequilibrio. Primero interno y, después de un tiempo, por coherencia con dicho estado interno, el desequilibrio externo. Bien en forma de ruptura de relaciones, de enfermedades o de otro tipo de sucesos que nos llevan a empeorar las cosas.
Emerson dijo una vez: «Ser tú mismo en un mundo que intenta constantemente convertirte en otra cosa, es el mayor logro al que puedes aspirar.»
¿Estás de acuerdo con Emerson?
Yo si. Siempre he pensado que hay que dar a todos las mismas oportunidades para ser diferentes y, además, serlo en la forma que deseen. Y cuando realizo una sesión de apoyo, acompaño en un proceso individual o imparto una formación, procuro siempre que eso sea un valor rector. Descubrir qué somos para nosotros mismos es algo que considero importante tener claro cuando todo va mal.
Cuando te toque vivir una racha como la que protagonizó mi amigo, considera tomarte una tarde para detenerte, observar con una cierta distancia lo que te sucede, y cambiar el foco contestando las siguientes 9 preguntas, y después, diseñar un plan de acción en torno a las respuestas que surjan.
1. ¿Con quién puedo hablar?
Robert Waldinger, investigador en el ámbito de la psicología de la felicidad, (Ver su TEDTalk) realizó un trabajo muy interesante sobre el desarrollo y el bienestar de las personas adultas, y descubrió que las relaciones son fundamentales para poder llevar una vida larga, feliz y saludable. Es importante tener a 2 o 3 personas de confianza con las que puedas compartir tus experiencias cuando todo va mal, de forma que no te sientas vulnerable. Obtendrás un nivel más profundo de aceptación, te pueden aportar ideas en las que no habías pensado y te sentirás mayor seguridad para poder seguir adelante cuando todo va mal.
2. ¿Qué tienes que ganar?
Cuando todo va mal, los humanos tendemos a enfocarnos en lo que tenemos perder o abandonar, no en lo que podemos ganar. De esta forma, tu juicio puede verse empañado por la forma en que tu rutina diaria está cambiando, de formas que no esperabas o sobre las que no puedes tener control. Lo primero es haber aceptado mentalmente los sucesos ocurridos, y después, tómate un tiempo para pensar en las posibilidades que el cambio puede ofrecerte. En el caso con el que abrí el artículo, significó cambiar a un nuevo modelo de vida, con menos frentes abiertos, y más centrado en su familia, además de encontrar un mayor equilibrio al replantearse sus valores.
3. ¿Qué continuará igual?
Similar a la pregunta anterior, el cerebro humano tiende a enfocarse en aspectos de la vida que están cambiando pero se olvida de centrar la atención en aquella partes que seguirán siendo iguales. La mayoría de tu rutina diaria, las relaciones familiares, tus pasatiempos, etc. serán casi idénticos a como eran antes de que ocurrieran los desafíos. Te propongo hacer una lista de tus actividades semanales que no cambiarán, y considera una fortaleza esa consistencia, poniendo el foco en aquello que te sostiene.
4. ¿Cómo estoy siendo desafiado?
Algunos de los mejores desarrollos personales y descubrimientos se derivan de cometer errores. Hay un axioma en PNL que dice uqe n existe el fracaso, sino el aprendizaje. Así que, de alguna manera, podremos agradecer el fracaso como detonante de crecimiento. Además, ¿puedes encontrar patrones en los eventos desafiantes? Hay lecciones importantes en esos patrones porque identifican áreas de oportunidad y áreas a las que ya no deberías dedicar esfuerzos. Todos los desafíos son beneficiosos si se consideran experiencias de aprendizaje.
5. ¿Cuáles son tus objetivos a largo plazo?
Siéntete cómodo sabiendo que un suceso negativo es un pequeño inconveniente en un viaje mucho más largo. Está destinado a ayudarte a guiar tus acciones futuras de forma más clara, para que distribuyas el tiempo en esfuerzos más alineados con tu misión vital. Detente un momento, retrocede un paso y analiza cómo has utilizado tu tiempo en las últimas dos semanas. ¿La mayor parte de tu actividad fue para apoyar tus objetivos o contra ellos?
6. ¿A quién debería quitar de mi vida?
El cambio a menudo te ofrece la oportunidad de reenfocar tus energías en personas, cosas y experiencias más significativas. Cuando facilito el cambio dentro de las empresas, trato de descubrir quiénes son las personas que influyen de forma negativa y lograr que se sumen al cambio o asuman un rol neutral al menos. Si tienes personas en tu vida que extraen tu energía, son egoístas y rara vez generan valor para ti, utiliza este tiempo como una excusa para hacerlas salir de tu vida. Valora, sin embargo aquellas personas que, seguro, te aportan valor, te apoyan cuando todo parece que va de mal en peor y aumenta, si es posible, el contacto con ellas. Cuando todo va mal, algunas personas van a querer aprovechar la situación.
7. ¿Qué decisiones diarias puedo automatizar?
Tener pequeñas victorias y sentirse realizado es primordial para que sigas adelante. Hacer ajustes menores a tu horario para no distraerte fácilmente, te hará mucho más feliz. Elige tu ropa la noche anterior. Prepara las comidas de la semana el domingo. Delega más decisiones en tu equipo. Automatiza las decisiones sin valor agregado para que puedas enfocarte en las cosas que más te importan. Existe muchísimo material en Internet sobre cómo gestionar el tiempo. Yo suelo utilizar el sistema de Leo Babauta, Zen to Done, te lo recomiendo.
8. ¿Cómo puedo equilibrar mi entorno?
Maximizar tus probabilidades de éxito requiere operar en un entorno que te ayude a crear una mentalidad positiva, y que acelere tus resultados en lugar de obstaculizarlos. ¿Necesitas trabajar en una cafetería para que no te distraiga tu mascota? ¿Podrías colgar algunas imágenes inspiradoras en tu oficina? Si eres de tipo introvertido, ¿puedes programar más tiempo de soledad para reflexionar mejor? Si eres de tipo extrovertido, ¿puedes programar más reuniones con amigos? Y también puedes aprender algo de Feng Shui para crear un ambiente más propicio en tu entorno laboral o en casa. Está comprobado que el entorno y los colores influencian en nuestro estado de ánimo y en nuestro bienestar.
9. ¿A quién puedo ayudar?
En ocasiones, ayudar a otros que están pasando también un mal momento o que tienen condiciones de vida complicadas, están en exclusión social o sufren, nos puede ayudar a valorar más aquello que nos mantiene enfocados, dando perspectiva a nuestras propias sensaciones respecto a lo que va mal en nuestras vidas. Hace unos años tuve la inmensa fortuna de colaborar con Casa de Caridad y fue para mi una lección de vida. Es muy interesante escuchar los relatos de los voluntarios, ya que al final todos coinciden en que reciben más de lo que dan. Si tienes la oportunidad de ayudar a otros, no lo dejes pasar, ya que recibirás más de lo que piensas.
Cuando todo lo que puede salir mal parece ir mal, hazte estas preguntas. Consigue un nuevo nivel de equilibrio, no a través de cambios radicales, sino a través de pequeños pasos cada día. Tu capacidad para alinear tu versión más auténtica con lo que será aceptado por los demás aumentará cada día.
Enorgullécete del trabajo que has hecho para abrirte a tus amigos más cercanos, reconsiderar nuevas posibilidades para tu negocio, aprender lecciones importantes sobre cómo eres, eliminar paulatinamente a las personas negativas de tu vida, comenzar a mejorar el entorno que te rodea y ayudar a otros a crecer.
Recuerda a Emerson, aunque el mundo intente hacer de ti algo diferente a lo que eres, persevera, y pronto serás la persona que puedes ser, única y diferente.
Un abrazo
Carlos Barreto