Nada es permanente, todo cambia.
“Heráclito de Éfeso”
Todo se halla sujeto a un proceso constante de transformación, de incesante nacimiento y caducidad.
“Friederich Engels”
Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas y los hombres y los niños no son lo que fueron un día.
“Ernesto Sábato”
Es evidente que nada ha cambiado en varios siglos. Si nos remontamos a la antigua Grecia, ya Heráclito decía lo mismo que Engels. Y Sábato nos da la clave. Todo sigue igual. Bueno, sigue cambiando todo, esa es la única cosa que no ha cambiado. Y eso es lo que nos lleva a plantearnos, dentro del paradigma de la PNL, cómo es nuestro mapa y de que herramientas disponemos para mantener el cambio de forma positiva en nuestras vidas. Reconozcamos que, a través de nuestra vida, hemos ido cambiando, fluyendo continuamente, a veces sin darnos cuenta. En la infancia no teníamos tanta conciencia de los cambios, salvo que fueran muy bruscos, y el cambio llegaba fácilmente, podíamos aprender de forma más rápida, nos adaptábamos mejor y gracias a que estábamos en el flujo del cambio, nos acercábamos a las cosas con una mayor confianza.
Y a medida que maduramos, nos empezamos a afianzar en nuestros criterios, nuestras creencias empiezan a cristalizar y eso genera nuestros hábitos, dirigiendo nuestras conductas, creando reacciones estandarizadas en diferentes contextos. Conductas que serán adecuadas en unos contextos y no tan adaptadas en otros, de forma que no siempre una conducta será beneficiosa para nosotros.
De hecho, a medida que pasan los años, nos encontramos con conductas recurrentes de carácter limitante, o bien conductas que no dan resultados óptimos. En algunas ocasiones hemos tratado de cambiarlas y mejorar, pero no lo hemos conseguido, creando una cierta sensación de desaliento y de frustración. Estoy seguro de que si haces una reflexión, encontrarás alguna de estas conductas en tu vida.
Y aquí es donde entra en juego la Programación Neuro Lingüística, que abreviaré como PNL. La PNL tiene una caja de herramientas poderosas que ayudan a realizar cambios permanentes y profundos, evolutivos, que les han aportado nuevas competencias, a través de una optimización de las conductas para mejorar sus vidas. Dentro de los sistemas de desarrollo personal, la PNL es uno de los más poderosos y eficaces.
En comparación con otras técnicas, la PNL puede trabajar sin necesidad de acceder al contenido de la experiencia que se quiere cambiar. Y una de las herramienta que podemos utilizar más fácilmente, es la que hoy te presento. Hay varias fuentes que indican diferentes nombres para esta técnica, swish, chasquido, plas. He escuchado varias. Yo la llamo como yo, Chas, 😉 , para que complicarnos… Bueno, lo normal en español es que se llame chasquido, aunque el original swish, viene del sonido que sugiere deslizamiento. En cualquiera de los casos, es una técnica útil para poder cambiar conductas de forma rápida. Así que te voy a enseñar cuál es el patrón Swish, y cómo utilizarlo en tus vida y así mejorar tus conductas para hacerlas más adecuadas, eficaces o potenciadoras.
A lo largo de nuestra vida vamos acumulando experiencias, de forma que hay una larga serie de hechos sucesivos que conforman nuestra historia vital. Incluso desde antes del nacimiento, hasta ahora mismo, hemos ido pasando por una serie de sucesos que nos han llevado a este momento. Uno hechos habrán sido desagradables y, otros, mucho más agradables. Y cada una de los “fotogramas” de nuestra película vital, tendrá una huella en nosotros. Si de niños nos caímos de una bicicleta y le tomamos cierto temor, hasta que, como jóvenes nos enamoramos, o como adultos nos mudamos de país o de casa, todo ello han sido experiencias que han creado en nosotros marcas en la parte subconsciente de nuestra mente. Lo cual está bien, ya que nos automatiza ciertos procesos que nos protegen y nos ayudan a mantenernos a salvo y tener mayor bienestar. Además, se trata de una cuestión evolutiva, ya que nuestro cerebro automatiza tareas repetitivas para evitar el desgaste y mantener la alerta en aquello que nos supone una amenaza.
El problema surge cuando los patrones de acción son poco adaptados a una situación, o bien se ejecutan en un contexto totalmente inadecuado, o quizás se realizan de forma exagerada. En cualquier caso, hay una cosa cierta: nos pueden llegar a limitar, a frenar, haciendo que una estructura desarrollada para ayudarnos, no resulte útil. Y seguro que mientras lees estas líneas se te están ocurriendo algunos ejemplos de lo que te estoy diciendo. Una de las premisas de PNL, es que todo tiene una intención positiva, y eso incluye conductas que, en principio, parecía que estaban dispuestas para protegernos y acaban siendo una limitación, porque se han generado en un contexto diferente o por otras cuestiones, pero nuestro inconsciente obtiene una realimentación, que le indica que se ha obtenido aquello para lo que fue estructurada dicha conducta.
Si conocemos cómo se provocan esas conductas, su estructura y estrategia de activación, podremos cambiar el desenlace de la respuesta, de forma que obtengamos una nueva realimentación, más positiva, más adecuada y más optimizada, de forma que la limitación desaparezca. De forma que, a través de la PNL, podremos utilizar nuestras percepciones, nuestras habilidades de comunicación y nuestra capacidad de cambio, para variar cómo pensamos y efectuar cambios impactantes y positivos en nuestra vida y, a veces, en la vida de los demás.
¿En qué consiste el patrón Swish?
Tony Robbins en su libro Poder Sin Límites cuenta que aplicó este patrón para cambiar la percepción de gratificación de una comida rápida por una comida más saludable. Y la primera vez que conocí el patrón fue en ese libro. Voy a explicarte cómo hacerlo. Es una técnica sencilla y útil a la hora de realizar cambios rápidos.
Antes te tengo que contar algo sobre estar asociado y estar disociado. Estar disociado es estar imaginando las cosas de forma que somos observadores, como si estuviéramos en el cine viendo una película. Y estar asociados es como si fuéramos el protagonista de la película y la estuviéramos viviendo en primera persona. Esta es la base del patrón Swish, ya que pasaremos rápidamente de estar imaginando una situación asociada, la que queremos dejar atrás, a otra que estaba disociada, la nueva conducta, de manera que cambiaremos el orden de preferencia cerebral. Después tendremos la nueva conducta asociada y la antigua disociada, con lo cual tendrá menos influencia en nuestra fisiología y nuestros recursos. En Hipnosis se utiliza mucho este tipo de patrón, ya que te permite cambiar sensaciones desagradables y desensibilizarte de ellas.
En primer lugar, tienes que averiguar qué es lo que te gustaría cambiar. Qué conducta, comportamiento es el que deseas cambiar. Es importante centrarse en un solo aspecto, un solo punto donde poner el foco de atención. Sigamos el ejemplo de Tony Robbins y supongamos que se trata de un cambio de alimentación.
A continuación, tienes que repasar mentalmente qué tipo de señal desencadena ese comportamiento automático que deseas cambiar. Siguiendo el ejemplo, que es lo que pasa por tu mente justo antes de empezar a comer algo que sabes que te perjudica o no te ayuda a mantener ese peso que deseas. Es tu turno. Si tienes problemas, trata de recordar lo más vívidamente posible, un momento cualquiera en el pasado en el que se desencadenó esa conducta. Y analízalo. ¿Qué estás sintiendo? ¿Qué estás escuchando? ¿Qué estás viendo? ¿Es una imagen en movimiento o está quieta como una fotografía? ¿Hay colores o es en blanco y negro? Una vez hecho esto, tómate un descansito y haz otra cosa durante un rato.
Muy bien, ahora toca saber qué resultado quieres obtener. Si quieres dejar de comer comida basura, por ejemplo, puedes imaginar cómo sería comer de forma más saludable. Procura crear la mejor idea posible de aquello que deseas conseguir, generando la lista más completa que puedas y utilizando los canales representativos para mejorar la experiencia. Y es importante también que asocies emociones positivas y potenciadoras. Tu imaginación es poderosísima y te ayudará en el proceso.
¡Y ahora, ha llegado el momento de la verdad! ¡A Swisheaarr…!
Aquí tienes un ejemplo del uso de la técnica del chasquido, swish o Chas, esquematizada.
Simplemente se trata de reemplazar la señal negativa que identificaste en el primer paso con la imagen positiva que has creado.
- Empieza por una imagen grande de la señal de activación negativa en tu pantalla mental. Que sea lo más realista y grande.
- A continuación, pon una instantánea mental de tu nueva conducta deseada, en pequeño, en la esquina inferior, que sea lo más realista y agradable posible. Yo aconsejo ponerlo en la parte inferior derecha, pero cada uno elige dónde siente que la tiene que poner.
- Imagina, ahora, que la imagen pequeña tiene una especie de goma super-elástica que tira de ella, pero sigue en la parte baja, como si estuviera conteniéndose, igual que cuando los coches de carreras aceleran sin soltar el freno, cogiendo fuerza para salir disparada hacia arriba mientras se hace grande.
- Y ahora, suéltala de golpe, mientras la antigua conducta se hace pequeñita y casi desaparece a la misma velocidad. En ese mismo momento del cambio, en el que la conducta deseada sale disparada para cubrir toda tu pantalla mental y la antigua conducta desaparece, das una palmada fuerte y gritas “Chas”. 😉 Bueno, o “zas”, o “plas”, o “swish”… lo que quieras, pero que sea sonoro y corto, mientras das la palmada.
- Disfruta de esa nueva imagen de forma asociada, plenamente, de las emociones que sientes, de las sensaciones geniales que recibes. Sumérgete absolutamente en ese instante deseado.
- Déjalo durante dos o tres minutos y haz otra cosa, despeja tu cabeza y descansa.
- Vuelve a repetir el ejercicio unas cuantas veces, dejando entre vez y vez unos minutos para despejarte y cambiar el estado.
Cuanto más lo practiques, más poderoso será. Y así habrás cambiado la señal de activación que tenías hasta ahora por una diferente y más potenciadora. Hasta el punto que, incluso, te será difícil recordar la antigua imagen. Una vez te hayas acostumbrado al proceso, lo podrás aplicar a cualquier otra conducta o señal que desees cambiar y, eso, eso es el poder de tu mente.