El método Windhealing para aprender meditación fácilmente. Parte 2.

Espero que os haya sido fácil la práctica. Además de divertida. La parte de hoy es igual de fácil. Y la finalidad es ir añadiendo dos cosas a la experiencia. Una es tiempo, con la pieza de música, y la otra es añadir la percepción de las sensaciones y emociones que nos induce la música. Bien, al lío.

En primer lugar, cacharrito de escuchar con la pieza de música elegida. Personalmente utilizo Meditation, de Samy Youssuf, o música de shakuhachi zen. Vale cualquier pieza de música que nos de serenidad y que nos ayude a tener una experiencia de buen rollito. Hay que poner la música que hayamos elegido para que suene una sola vez, ya que la intención es aprender también, a nivel inconsciente, a tener conciencia de la percepción interna que tenemos del tiempo. Una vez preparado todo, vamos a buscar la posición cómoda que elegimos la vez anterior.

Iniciamos el  ejercicio sumándolo al anterior, no en lugar del mismo. Esto quiere decir que a continuación de que suene el crono, iniciamos el aparatito con la música. (Un pequeño truco que yo utilizaba, es grabar un minuto de ruido blanco antes de la pieza que voy a escuchar, de forma que suprimo el crono. Al acabar el sonido blanco, empieza la música.)

Prestamos atención, escuchando la música, a nuestra respiración. La comparamos, comparamos nuestras pulsaciones, y así vamos cambiando de foco nuestra atención a lo largo de nuestras sensaciones físicas y emocionales. Una vez que nos hayamos familiarizado con esas sensaciones y reacciones de nuestro cuerpo y nuestras emociones, pasamos a percibir difusamente, es decir, manteniendo la atención en la respiración, vamos añadiendo más sensaciones y percepciones al mismo tiempo, sin esforzarnos, sin juzgar y sin evaluar, solo estamos en la sensación.

Después de un periodo de práctica, que dependerá de cada uno, empezamos a añadir más música, hasta que lleguemos a un tiempo aproximado de unos 20-30’ en total. Con eso es suficiente. Es importante, como he comentado antes, saber cuánto dura exactamente el total de piezas  de música que tenemos en nuestra selección, ya que, más adelante, será la propiocepción la que nos indicará el tiempo de meditación.

Cuando acabemos de escuchar la música, sonreímos, tomamos una respiración profunda y exhalamos con serenidad. Una vez hecho esto, apagamos el  aparato y nos reintegramos, lentamente, al ritmo normal.

En el próximo post, empezaremos a movernos.

Practicad, sed felices y sonreid mucho.